El hincha es 100 % emocional, mientras que el jugador entrena física y mentalmente.
Vivir bien
Fútbol
Guerrero, Gallese, Flores, Cueva y toda la escuadra peruana que se disputa contra Colombia su pase al Mundial de Rusia 2018, jugarán dos partidos: uno dentro de la cancha y otro fuera de ella. Y es que el estrés y la ansiedad que vive el hincha, no es ajeno al deportista, aunque el manejo es muy distinto.
Los aficionados están eufóricos, llenos de expectativas y de nerviosismo. Por el contrario, los jugadores tratan de priorizar su lado más racional, porque tienen muy claro que van a cumplir un rol y deben dar lo mejor.
"El hincha es estacional y 100 % emocional...el jugador -por el contrario-viene de una rutina precompetitiva y algunas actividades de preparación mental y física", señala el psicólogo deportivo Franco Ascenzo.
Los dirigidos por el argentino Ricardo Gareca, a lo largo de cinco partidos ganados de forma consecutiva, han demostrado que saben manejar el estrés y la ansiedad. "En su formación han tenido momentos competitivos y de mucha tensión. Lo que están viviendo ahora no lo han vivido antes, pero al haber automatizado ciertos aspectos cognitivos, se hace más fácil adecuarse a este tipo de momentos", destaca el especialista.
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Los deportistas en general son asesorados y entrenados para manejar y gestionar sus emociones, pero en el caso de un futbolista deben destacar algunos rasgos: "ser una persona competitiva, con buena tolerancia a la frustración, buen autocontrol y debe aprender a manejar su impulsividad", dice Ascenzo.
Por otro lado, el hincha ante un partido tan decisivo deja aflorar su ‘cerebro primitivo' y se activan neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la adrenalina. Le hace bien, gritar, saltar y vitorear.
"Si vemos un grupo que pueda influir ideas positivas y un ambiente de unión, de triunfo, de orgullo nacional, eso ayuda. Es un momento oportuno para remembrar el sentido patrio y la revaloración hacia nuestra identidad, favorece a la salud mental de los niños y de los adultos presentes", explica Jacquelinee Rojas, psicóloga comunitaria de la Universidad Privada del Norte (UPN).
En conclusión, los futbolistas están preparados para jugar incluso con la hinchada en contra o con toda la presión de los fanáticos que han volcado su fe en ellos. "Esa dualidad genera tensión, pero es parte de su disciplina", anota la especialista.
El hincha, por su parte, debe lograr un equilibrio emocional aún si su equipo pierde. "La mejor forma de afrontar esta situación, es reflexionando sobre las cosas que se hicieron bien y se pueden mejorar, no solo pensar en lo que se hizo mal. Se debe valorar la preparación y el esfuerzo en el momento del juego y después de él".
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