La correcta lectura de las etiquetas le aporta al consumidor información sobre las cantidades de azúcar, sal o grasas que posee un alimento y permite tomar decisiones acertadas para evitar problemas de salud como la obesidad, explica especialista canadiense.
El etiquetado y su correcta interpretación son la asignatura pendiente para que las personas sepan lo que comen y seleccionen alimentos más saludables, señaló el doctor John L. Sievenpiper del Departamento de Patología y Medicina Molecular de la Facultad de Ciencias de la Salud de la McMaster University de Ontario (Canadá).
Sievenpiper, presente en México para participar en un foro sobre los edulcorantes y la salud, considera que "debemos educar y advertir. Si ponemos cosas en las etiquetas que nadie sabe leer ni interpretar no sirve de nada". Añade además que es indispensable llevar la cuestión a las escuelas y enseñarles a los niños cómo cocinar y llevarlos a las granjas para que sepan de dónde vienen los alimentos.
La correcta lectura de las etiquetas le aporta al consumidor información sobre las cantidades de azúcar, sal o grasas que posee un alimento y permite tomar decisiones acertadas para evitar problemas de salud como la obesidad, aunque la clave del problema radica en la cantidad de alimentos que consumimos.
Según el especialista, "las autoridades culparon a la grasa de la obesidad, aunque la evidencia científica era muy débil al respecto".
"Nos enfocamos en la grasa y la industria respondió haciendo toneladas de productos libres de grasa", pero "el hecho es que la gente comenzó a elegir productos libres de grasas y potencialmente comenzó a consumirlos más" porque "se había reemplazado la grasa por más azúcar", explicó.
Sievenpiper comentó que la conexión entre azúcar y obesidad ha sido ampliamente documentada por la comunidad científica, sin embargo esa asociación se debe a que el individuo consume una dieta con una alta ingesta calórica.
"Es un problema de calorías, no solo de azúcar. Los azúcares pueden representar importantes fuentes de exceso de calorías, ahí es donde tienen impacto en el sobrepeso y la obesidad", explicó.
El experto señaló que todo en exceso puede ser potencialmente peligroso.
"No existe algo así como un efecto siniestro, metabólico u hormonal que nos esté modificando el sistema. El problema es el sobreconsumo de calorías", aclaró.
La gente debe recordar que las frutas, las verduras, la fibra son mejores opciones para combatir la obesidad.
"Tenemos que movernos hacia un nuevo paradigma. Existe una especie de nutriocentrismo de la enfermedad. No es la sal, el azúcar o la grasa por sí mismos. Debemos tener patrones de vida y alimentación saludables donde exista moderación y más actividad física", señaló Sievenpiper.
Consultado sobre el rol de los Gobiernos y la industria alimentaria en este problema apuntó a la necesidad de centrarse en la dieta y no en los ingredientes.
"(Gobierno e industria) deben trabajar juntos, porque necesitamos a la industria para que fabrique alimentos. Debería ser una relación funcional tratando de que la industria provea de alimentos más sanos", sostuvo.
"El desafío está en que la industria produzca alimentos más sanos, y que la gente quiera comprarlos. El gobierno, por ejemplo, debería subsidiar la fruta y la verdura, o los alimentos altos en fibra, y no grabar impuestos a algunos alimentos altos en azúcar o sal, solo para tratar de inhibir su consumo", finalizó.
El doctor Sievenpiper participó este miércoles en el foro "Evidencia Actual en Edulcorantes y Salud" que se celebró en el Centro de Convenciones del Hospital Español de Ciudad de México y organizado por el International Life Science Institute (ILSI).
El ILSI es una asociación internacional sin fines de lucro, fundada en 1978 en Washington, que cuenta con 14 oficinas en el mundo, entre las que se encuentra la sede mexicana creada en 1991.
EFE
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