Afortunadamente, podemos mejorar nuestro comportamiento y modificar nuestros hábitos de forma que sean más amigables con nuestra salud mental.
Quizá no lo habías pensado, pero hábitos que forman parte de nuestra rutina, podrían afectar nuestra salud mental.
Por ejemplo, no darnos un tiempo para estar con uno mismo, ser muy dependiente de los aparatos electrónicos o no hacer ejercicios regularmente, nos hace más propensos a la depresión y el estrés.
Afortunadamente, podemos mejorar nuestro comportamiento y modificar nuestros hábitos de forma que sean más amigables con nuestra salud mental.
Tal es el caso de las personas sedentarias, que sí pueden considerar actividades físicas sencillas, como caminar o subir escaleras, lo cual favorece a una mente más activa y despejada.
Descubre (en nuestra galería de fotos) qué otras cosas quizá estabas haciendo mal, y que podrías mejorar si te lo propones.