Las enfermedades relacionadas a las ocupaciones

“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”, decía el médico francés cirujano Victor Pauchet. Sin embargo, para algunas personas, el trabajo se convierte en un medio para contraer alguna enfermedad relacionada a sus labores diarias.

El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias, explica la diferencia entre un mal laboral y un accidente producido durante la realización del trabajo, principalmente relacionado a su gravedad.

Entre las enfermedades ocupacionales más conocidas están las infecciones respiratorias, como la pneumoconiosis que afecta a los mineros, expuestos al polvo de las excavaciones. Este mal es consecuente de la inhalación de polvo y otros residuos sólidos, que se alojan en los bronquios y ganglios linfáticos.

Otra enfermedad que afecta al sistema respiratorio es el cáncer de pleura, que afecta principalmente a personas que trabajan retirando asbestos de los edificios. La exposición al amianto, sustancia que forma una de las cadenas de este elemento, es utilizada en la industria textil y de construcción.

Los trastornos de la piel relacionados por la sobreexposición a los rayos X, situación que se dio principalmente en los primeros años de su uso generalizado, provocando diagnósticos de linfomas y leucemia.

En el ámbito deportivo, los casos de artrosis de cadera o rodilla también son considerados como enfermedades ocupacionales.

La sordera también es una enfermedad ocupacional. Técnicos e ingenieros de sonido, locutores y otros trabajadores de radios se ven expuestos a altos decibeles.

Legislación peruana. En nuestro país, existen leyes que protegen a los trabajadores que presentan alguna enfermedad ocupacional y se encarga de establecer reglamentos de prevención en las empresas. “Políticas de prevención pueden ayudar a reducir el riesgo de estas enfermedades”, comenta Huerta. Jubilación anticipada, descansos prolongados y seguros de salud especiales son algunos de los puntos que contempla esta ley.

Antecedentes. El primer registro científico de una enfermedad ocupacional se dio en 1975, cuando el cirujano británico Percivall Pott descubrió la relación entre la sobreexposición al hollín y el alto número de casos de cáncer escrotal en las personas que limpiaban chimeneas. Esta enfermedad se producía por la irritación que ejercía el hollín sobre la piel del escroto (piel que cubre a los testículos).

Esta investigación marcó la pauta sobre el desarrollo de la epidemiologia, una disciplina científica que estudia las enfermedades relacionadas en ciertas poblaciones humanas. Pott es considerado el primer científico en demostrar que un trastorno puede ser causado por agentes ambientales.