El exceso de peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, según la Organización Mundial de la Salud.
Actualmente existen más de 500 millones de personas obesas en el mundo. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, este exceso de peso corporal está causando tres millones de muertes cada año.
Para algunos especialistas, esta epidemia es causada por el inadecuado estilo de vida, que ha vuelto a muchas personas cada vez más sedentarias. Sin embargo otros culpan a ciertos alimentos que se caracterizan por no aportar nutrientes y contener excesivas cantidades de azúcar.
"Genéticamente, los seres humanos no hemos cambiado, pero nuestro ambiente y nuestro acceso a la comida sí han cambiado", explicó a la BBC el profesor Jimmy Bell, especialista en obesidad del Imperial College de Londres.
Para el experto, todo este desorden alimentario empezó con la producción masiva del maíz y del jarabe de maíz de alta fructosa, comúnmente utilizado hoy en todo el mundo como edulcorante en alimentos procesados.
Esto provocó un incremento masivo en las cantidades de alimentos baratos abastecidos a los supermercados estadounidenses: desde cereal hasta galletas de bajo precio. Como resultado, las hamburguesas se hicieron más grandes y las papas fritas se hicieron más grasosas.
No obstante, hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal. Se dijo que el responsable quizás no era el azúcar sino las grasas.
De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas". Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.
Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar, ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad. Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.
"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo", dice el doctor Robert Lustig, especialista de la Universidad de San Francisco. "Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta", agrega el científico.
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