Se recomienda mantener actividad física para evitar la pérdida de masa muscular y afectar los huesos.
Cuando el invierno llega, trae consigo diversos malestares que pueden afectar nuestro organismo y más aún para aquellos que no realizan actividades físicas cayendo en el tan conocido sedentarismo, el mismo que podría tener entre otras consecuencias, la osteoporosis.
Según el doctor Oscar Barrenechea, director médico de QUILAB y Marketing Farma de Química Suiza S.A, la inactividad física o la falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardiacas e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular.
¿A qué se le llama una persona sedentaria?
Un sedentario se caracteriza por tener un gasto semanal en actividad física que no supera las 2000 calorías. Por lo general, son aquellos que realizan un trabajo estacionario (como estar sentado frente a una computadora, atendiendo llamadas telefónicas, etc.) y cuando corre o camina unos kilómetros sin haber realizado un entrenamiento previo, pasará los días siguientes con dolores y molestias.
Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias. Asimismo, se produce la reducción progresiva de masa ósea y muscular que puede generar complicaciones en los huesos y causar finalmente osteoporosis.
Prevención
Barrenechea recomienda mantener una rutina constante de ejercicios para lograr un óptimo estado físico, además, esta rutina ayudará a evitar la osteoporosis a disminuir las grasas del cuerpo y la resistencia a la insulina evitando la diabetes y las enfermedades coronarias, mejora el equilibrio, genera vigor y mayor sensación de bienestar.
“Al igual que otros factores, el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicios, es un hábito que se debe adoptar desde la infancia”, dijo.
Los niños de hoy en día tienen deficientes costumbres de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que se imparten en las escuelas al tiempo que la computadora, los videojuegos y la televisión se convierten en sus principales vías de esparcimiento.
Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre es el único método para ayudarlos a convertirse en adultos sanos, afirma el doctor Barrenechea.
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